Te colocas para un segundo golpe perfecto… y zas, la bola acaba en el rough. Sí, ese césped más alto y espeso que puede convertir un golpe sencillo en un verdadero desafío. Pero tranquilo, no estás solo: todos hemos estado ahí. La clave está en no dejarse intimidar y aprender a jugar desde el rough con seguridad y estrategia. Aquí te damos los mejores consejos para que esos golpes no se te atraganten y puedas salir de la hierba alta como un auténtico pro.
Entiende el tipo de rough
No todos los roughs son iguales. Antes de golpear, observa bien dónde está la bola:
- Rough ligero: la bola reposa sobre el césped más largo pero suelto. Puedes ser más agresivo, casi como si estuvieras en calle.
- Rough medio: la bola está semienterrada. Aquí necesitas control y precisión.
- Rough espeso o “nido”: la bola apenas se ve. Este es el más complicado y exige un golpe técnico y conservador.
Leer correctamente la situación es el primer paso para tomar buenas decisiones.
Elige el palo adecuado
Uno de los errores más comunes es intentar hacer el mismo golpe que harías desde la calle. Pero desde el rough, necesitas un palo que te ayude a levantar la bola y salir limpio.
- Usa palos con loft: como un hierro 7, 8 o un wedge. Cuanto más espesa esté la hierba, más loft necesitas.
- Evita los hierros largos o maderas, a no ser que la bola esté bien colocada y tengas mucha experiencia.
- En el rough muy denso, el sand wedge o pitching wedge son tus mejores aliados.
Ajusta tu postura y agarre
Desde el rough, necesitas un swing más firme y directo. Para ello, haz algunos ajustes sencillos:
- Agarra el palo un poco más fuerte de lo normal. La hierba puede girar la cara del palo, y esto te ayuda a mantener el control.
- Coloca la bola ligeramente más atrás en tu postura. Esto favorece un ángulo de ataque descendente, clave para salir de la hierba alta.
- Carga más peso en la pierna delantera (alrededor del 60%). Esto evita que el cuerpo se eche hacia atrás y te asegura un mejor contacto.
Haz un swing más vertical y firme
Olvídate del swing largo y fluido. Desde el rough necesitas un swing más compacto, vertical y con decisión. Imagina que estás “pegando un hachazo” a la hierba:
- Eleva más los brazos en la subida.
- Acelera en el impacto.
- Sigue el swing, pero no hace falta que termines con una gran extensión.
Lo importante es cortar la hierba y contactar la bola con fuerza y precisión. Si dudas o te frenas, es fácil que la cara del palo se enganche en el rough y la bola ni se mueva.
Visualiza un golpe conservador (y realista)
Desde el rough, es fundamental bajar las expectativas. Tu objetivo no es hacer el golpe perfecto, sino salir bien y dejar la bola en una buena posición para el siguiente. Muchas veces, intentar llegar al green desde una mala posición solo complica más las cosas.
Apuesta por la estrategia: ¿puedes sacarla al centro de calle y asegurar? ¿merece la pena atacar bandera o mejor un golpe de seguridad?
Practica golpes desde distintas hierbas
En el campo de prácticas solemos entrenar en condiciones perfectas… pero la realidad del campo es otra. Siempre que puedas, practica golpes desde hierba alta, zonas irregulares o con la bola semienterrada. Así, cuando estés en el campo, ya sabrás qué esperar y cómo reaccionar.
Conclusión
Dominar los golpes desde el rough no se trata de fuerza bruta, sino de leer bien la situación, elegir el palo correcto, ajustar tu postura y ejecutar un swing firme y decidido. Y sobre todo, de tener cabeza: a veces el golpe más inteligente es el más sencillo. Así que la próxima vez que tu bola termine en la hierba alta, respira, analiza… y dale con confianza. Porque el rough no tiene por qué arruinar tu hoyo —si sabes cómo jugarlo.