Los hierros cortos —especialmente el pitching wedge, el hierro 9 y el hierro 8— son claves para dejar la bola cerca del hoyo. Son los palos que más se usan en golpes de aproximación y los que te dan la oportunidad de hacer birdies o, al menos, salvar el par. Pero para que cumplan su función, necesitas una cosa fundamental: controlar la distancia.
¿Te pasa que haces buenos golpes, pero la bola queda corta o se va larga sin saber muy bien por qué? No te preocupes, es más común de lo que crees. Aquí te explicamos cómo mejorar tu precisión y confianza con los hierros cortos.
¿Por qué es tan importante controlar la distancia?
A diferencia de los hierros largos, donde lo importante es llegar, con los hierros cortos el objetivo es afinar. Aquí no vale solo con estar en green: hay que dejarla cerca. Cuanto mejor controles tus distancias, más birdies tendrás y menos golpes desperdiciarás con chips y putts largos.
Conoce tus distancias reales
El primer paso es saber con precisión cuántos metros haces con cada hierro corto en condiciones normales. No lo que crees, sino lo que haces de verdad. Puedes usar un medidor láser o un GPS, o acudir al campo de prácticas con una red de medición.
Haz 10 golpes con cada palo, elimina el mejor y el peor, y saca un promedio. Ese será tu “distancia estándar”. Tener este dato claro te permitirá elegir mejor el palo en el campo y tomar decisiones más acertadas.
Trabaja el control del swing
No todos los golpes requieren un swing completo. Con los hierros cortos, aprender a controlar la longitud del backswing es clave. Aquí entra en juego lo que muchos llaman el “swing reloj”:
- 9:00 (media subida): golpe más corto, ideal para aproximaciones suaves.
- 10:30 (tres cuartos): distancia intermedia.
- 12:00 (swing completo): tu distancia estándar.
Entrena con distintas longitudes de backswing y anota cuántos metros haces con cada una. Así tendrás más opciones en cada situación.
Mejora el contacto con la bola
Uno de los errores más comunes con los hierros cortos es no hacer un buen contacto. Si golpeas la bola demasiado arriba (thin) o demasiado abajo (fat), la distancia se ve muy afectada.
Asegúrate de:
- Tener una postura equilibrada.
- Mantener las manos ligeramente adelantadas en el impacto.
- Golpear la bola antes que el suelo (no al revés).
Un buen ejercicio es colocar una moneda o tee justo detrás de la bola. Si la golpeas antes que la bola, estás fallando el contacto. Si la dejas intacta, vas bien.
Ajusta la velocidad, no solo el swing
Muchos jugadores intentan controlar la distancia acelerando o frenando el swing, pero eso suele generar más problemas que soluciones. Lo ideal es mantener la misma velocidad de swing y ajustar la longitud y el ritmo.
Un swing controlado y fluido da mejor precisión que uno apresurado o dudoso. Confía en tu swing y deja que el palo trabaje por ti.
Juega con el viento y las condiciones
Con los hierros cortos, el viento influye mucho. Si hay viento en contra o a favor, debes ajustar tu elección de palo y el tipo de golpe. En días de viento, es mejor optar por un swing más bajo (con menos loft) y no intentar forzar distancia.
También ten en cuenta si el green está en alto o en bajada. Cambia tus referencias según el terreno para no pasarte o quedarte corto.
Conclusión
Controlar la distancia con tus hierros cortos no se trata de pegar más fuerte, sino de pegar más inteligente. Conocer tus medidas reales, trabajar distintas longitudes de swing, mejorar el contacto y tener en cuenta las condiciones externas te dará más confianza en cada golpe de aproximación. Y cuando eso pasa… el golf se vuelve mucho más divertido. Porque pocas cosas dan más gusto que dejarla dada desde 100 metros.